Santo Domingo, RD.- La primera vez que Elania llegó a nuestras oficinas en Santo Domingo sentía mucho miedo. La pequeña Milagros era su segunda hija nacida con la condición de labio y paladar hendido, sin embargo la primera tratada por nuestra fundación.
Elania y su familia viven en Fantino, Cotuí, un municipio al norte del país que se sostiene de la agricultura y el ganado. Cuando Elania nos contó de donde venía su miedo, entendimos que la situación económica de su entorno le hacía sentir esa inseguridad, y que estaba muy preocupada por el futuro de Milagros. A sus 26 años, Elania aún se encuentra en la universidad estudiando para ser maestra, pero no tiene ningún trabajo fijo y se sustenta de la ayuda de sus familiares y de su pareja, el padre de sus dos hijos.
En las evaluaciones previas a nuestra misión del mes de Junio del año 2018, evaluamos por primera vez a Milagros. Para su edad en ese entonces, casi alcanzando los 5 meses, Milagros lucía muy pequeña. Sin embargo, tenía un peso adecuado y decidimos darle un lugar dentro de nuestra lista de pacientes pre-candidatos a cirugía. Debido a su tamaño inusual, Milagros recibió un seguimiento pediátrico y nutricional con nuestra pediatra Annel Pérez hasta el momento de la cirugía. Y a partir de ese momento empezó su historia con nosotros.
El viernes 21 de Junio de 2018 Milagros entró a cirugía, y vimos a Elania sonreír por primera vez. Sin embargo, luego de varios intentos del equipo de anestesia, Milagros tuvo que ser devuelta al área de pre-operatorio, pues su canalización fue tan difícil que nuestros anestesiólogos no pudieron finalizar el trabajo. Decidimos esperar el sábado para hacer un segundo intento, lo cual resultó aún más imposible. Milagros no pudo recibir cirugía en esta ocasión, lo que provocó un mar de lágrimas y una sensación de desesperación en su madre, quien tuvo que ser intervenida por nuestro equipo de psicología.
Milagros fue puesta tentativamente en calendario para el mes de septiembre, y enviada a su casa sin haber recibido el tan esperado “milagro” que la libraría tanto a ella como a su madre del bullying que sufrían por su condición.
En esos tres meses, Milagros fue ingresada a centros de salud por problemas respiratorios y estomacales. No fue hasta septiembre que Elania vio una luz en la oscuridad cuando volvimos a contactarla para una nueva evaluación.
Elania y Milagros -ya con siete meses de nacida- fueron evaluadas para un segundo operativo, con todas las esperanzas como iba al primero. Los pronósticos auguraban éxitos, y de mano de nuestro equipo médico, Milagros fue llevada en una segunda ocasión a evaluaciones pre-quirúrgicas y luego a cirugía en el primer día quirúrgico de nuestra misión en el Centro Médico Central Romana de la provincia de La Romana, la última semana de Septiembre 2018.
Aún teniendo una canalización complicada, la pequeña Milagros recibió finalmente la cirugía que le cambiaría la vida tanto a ella como a su madre. Luego de 2 horas y media de procedimiento, Elania recibió en sus manos el milagro que le devolvió su sonrisa: su pequeña hija, quien había recibido la tan esperada cirugía que le quitó la esperanza en varios momentos.
Milagros fue la sensación de nuestra misión en La Romana. No solo porque la mayoría de los voluntarios conocían su historia. Si no también por todo el sentimiento y emoción que generó su madre dentro de las salas de recuperación. Los doctores recibieron a Elania con mucho amor y alegría, quien ahora derramaba lágrimas de felicidad por la noticia que veía con sus propios ojos.
Hoy, Elania continúa su vida, y regresó a la universidad para terminar su carrera de maestra. Tanto Elania como Milagros nos visitan periódicamente en la fundación y nos regalan las mejores sonrisas llenas de gratitud por haberles concedido una mejor calidad de vida a tráves de lo que mejor sabemos hacer como fundación: cambiar vidas una sonrisa a la vez.